Enesto de Hannover, visto con una bailarina rumana

De la afortunada solo se sabe que se llama Simona, aunque se desconoce su apellido, es rumana y bailarina de un club nocturno. El noble la conoció en el 2010, cuando la bailarina era modelo publicitaria de una conocida cadena austríaca de prostíbulos.

La última vez que se les ha visto juntos ha sido en la semana del Oktoberfest, la fiesta de la cerveza en Múnich. Ambos compartieron mesa, disfrutaron de la fiesta y pasearon por la ciudad. Según el suplemento del ABC, una fuente cercana a Ernesto le asegura que la estrella del pole dance "está perfectamente integrada en el círculo del aristócrata" y confesó que era "guapa y divertida". A pesar de que se conocen desde hace más de cuatro años, de Hannover sigue sin querer presentársele a su familia.

Lo más llamativo de esto no es que esté manteniendo un romance con una mujer 34 años más joven que el príncipe, ni que ella sea balarina de locales nocturnos, y ni tan siquiera que siga casado con Carolina de Mónaco. Lo más sorprendente es la demacrada imagen de Ernesto. Está casi irreconocible a sus 60 años: mucho más delgado, con el pelo canoso y con ropa que le hace parecer sucio.