Nuestro futuro pasa por Europa y está en nuestra mano

Hace algo más de dos años, España se enfrentaba a una posible intervención por la falta de rumbo, abandono y sinrazón del último gobierno de Zapatero y Rubalcaba. Años complicados. Por eso, ha sido necesario que el gobierno de Rajoy ponga en marcha numerosas medidas y un buen paquete de reformas para solventar aquellos errores socialistas. Grandes esfuerzos, mucha solidaridad y enorme responsabilidad por parte de la ciudadanía española.

Y así, hemos logrado dejar atrás la recesión y el riesgo de rescate.

España se sitúa ahora en el final de la crisis, la más grave y enrevesada, e inicia la senda hacia un nuevo horizonte, un futuro esperanzador. Los españoles empezamos a creer en nosotros mismos y el resto del mundo también. Nuestro futuro, reitero, pasa por nosotros mismos, y para ello el gobierno ha puesto las bases para el crecimiento de nuestro país.

Emprendemos un nuevo camino, pero no podemos obviar que nuestro futuro también pasa por Europa. Las instituciones europeas han jugado un papel decisivo para hacer frente a la crisis y España ha aprovechado esta oportunidad, respondiendo a sus compromisos y recobrando el protagonismo que nunca debió perder. Algunos nos quieren hacer creer que es imposible, e incluso atrevido, el hablar de futuro, y más aún el pretender dar protagonismo a Europa en ello, porque “bastante tenemos con hablar del presente”.

Un presente que todavía sigue “siendo cuesta arriba”, especialmente para los que están sufriendo las consecuencias del peor rostro de esta crisis, que es el desempleo. Pues precisamente es desde Europa donde se negocia la asignación más importante de recursos a las políticas de Trabajo y Empleo con el objetivo común de reducir el desempleo en cada nación. Y es desde Europa de donde van a llegar a España los más de 1.800 millones de euros destinados a favorecer las políticas de empleo juvenil.

Por tanto, hay que tener visión, amplitud de miras y, por eso, los españoles debemos participar activamente para reforzar la Unión Europea y afianzarnos en ella, con el fin de evitar que una crisis de esta magnitud se vuelva a repetir.

Está en nuestra mano. No podemos permitirnos, ni debemos, ser meros espectadores de un proceso electoral que el 25 de mayo determinará quiénes nos representarán en Europa.

Tampoco podemos permitirnos que grupos minoritarios nos confundan y convenzan de que son la mejor alternativa, porque en realidad son sólo proyectos personalistas sin amplitud de miras ni posibilidades.

Y menos aún podemos permitirnos dar el apoyo a un partido, el PSOE, que no sólo ha demostrado que poco o nada le preocupan los intereses de los españoles, sino que además llevará como cabeza de lista a una persona, Elena Valenciano, que ha demostrado y demuestra falta de rigor y seriedad, con afirmaciones públicas tan poco acertadas como "Europa protege más a las vacas que a las mujeres”, que es más de lo mismo, una “apuesta de Rubalcaba por sí mismo” y reflejo de las políticas socialistas que llevaron a España a la deriva. ¿Es esto lo que queremos?

Como nuestro futuro, el más próximo y el más lejano, “está en juego”, pasa por Europa y, sobre todo, está en nuestra mano, debemos comprometernos y apoyar a un partido fuerte, el que mejor representa y representará los intereses de los españoles, de todos los españoles, sin distinciones, y ese partido es el Partido Popular.


Ana González García
Senadora por Guadalajara.